miércoles, 13 de abril de 2011

FELICIDAD Y SUFRIMIENTO (Manual de Estudio Movimiento Humanista Universalista)

Este tema fue objeto de estudio en reunión del Grupo Humanista de Estudio y Reflexión de la República Dominicana


Para nosotros es un objetivo lograr una creciente satisfacción con uno mismo. Esto es posible en la medida en que se vayan entendiendo los factores que se oponen a esa felicidad creciente. La felicidad es un estado en el que no hay sufrimiento. ¿Puede una persona ir progresivamente superando al sufrimiento? Con seguridad que puede. Aunque vemos diariamente lo contrario, es decir: a medida que avanzan los años muchas personas van aumentando su sufrimiento.

¿Pero cómo se hace para ir logrando una felicidad creciente? Hay una forma y ésta consiste en comprender cómo se produce el sufrimiento y en comenzar a obrar de manera diferente a la que lo genera.


A veces vemos el sufrimiento y la manera de obrar para evitarlo. Sin embargo, debe entenderse antes la palabra “sufrimiento”. Muchas personas creen que no sufren sino que tienen problemas con el dinero, con el sexo, con su familia, con otras personas, etc. Creen que simplemente viven con tensiones, angustias, inseguridades, temores, resentimientos y todo tipo de frustraciones. Pues bien, al conjunto de esos problemas le llamamos “sufrimiento”.

Es importante distinguir entre dolor y sufrimiento. El primero es físico y sobre él, el progreso de la sociedad y la ciencia tienen mucho que hacer. En cambio, el sufrimiento es mental. A veces el dolor trae sufrimiento mental y también el sufrimiento mental produce dolor físico y enfermedad. Esta distinción entre dolor y sufrimiento es de las primeras cosas que uno empieza a comprender en el trabajo de la Comunidad. Luego se aprende a buscar las verdaderas raíces del sufrimiento y se descubre la necesidad de cambiar la forma de actuar que produce sufrimiento.

Las tres vías del sufrimiento

Hay dos facultades muy importantes que posee el ser humano: la memoria y la imaginación. Sin ellas es imposible realizar actividades en la vida diaria. Cuando alguna de ellas disminuye en su potencia o sufre algún tipo de alteración, las actividades cotidianas se dificultan.

La memoria y la imaginación son fundamentales para la vida y por ello, cuando en lugar de ayudar a abrirnos paso nos encierran en el sufrimiento, debemos tomar medidas para cambiar la situación. La memoria puede traer recuerdos negativos continuamente y entonces deja de prestarnos la ayuda que necesitamos. Lo mismo puede ocurrir con la imaginación si de continuo nos hace aparecer temores, angustias, miedos al futuro.

Podemos considerar a la sensación (a lo que percibimos en un momento), como otra facultad decisiva para la vida. Gracias a ella vemos, oímos, tocamos y, en fin, nos damos cuenta de lo que pasa alrededor nuestro. Hay cosas que sentimos que nos gustan; hay otras que nos desagradan. Si sentimos hambre, o recibimos un golpe, o experimentamos exceso de frío o calor, registrarnos dolor por la sensación. Pero a diferencia del dolor que es físico, podemos experimentar sufrimiento que es mental. Ese sufrimiento lo sentimos cuando lo que vemos del mundo que nos rodea no nos gusta o nos parece que no es como debe ser.

La memoria, la imaginación y la sensación son tres vías necesarias para la vida. Sin embargo, ellas pueden convertirse en enemigas de la vida si trabajan dando sufrimiento. La memoria nos hace sufrir al recordar fracasos y frustraciones, al recordar pérdidas de oportunidades, de objetos, de personas queridas.

La imaginación nos hace sufrir por las cosas negativas que pensamos a futuro trayéndonos temor: temor a perder lo que tenemos, temor a la soledad, a la enfermedad, a la vejez y a la muerte. La imaginación hace sufrir cuando pensamos en la imposibilidad de lograr a futuro lo que deseamos para nosotros y otras personas.

La sensación nos hace sufrir cuando vemos que nuestra situación no es como corresponde que sea, cuando no nos reconocen familiar o socialmente, cuando nos perjudican en nuestro trabajo, cuando encontramos impedimentos en lo que estamos realizando.

Entonces, en lugar de hablar de esas tres facultades tan importantes, tenemos que hablar de las tres vías del sufrimiento porque ellas están funcionando mal. Debemos reconocer, además, que esas vías se entrecruzan y cuando algo falla en una, compromete a las otras. Al parecer tienen entre sí contactos en muchos puntos. Las prácticas de trabajo personal del Movimiento Humanista trabajan precisamente sobre las tres vías del sufrimiento, despejándolas para que la vida se desarrolle sin tropiezos.

El sufrimiento por el recuerdo

El recuerdo trae sensaciones a veces agradables y a veces trae sufrimiento. Cualquier persona sufre por lo que perdió, por lo que hizo y salió mal. Entonces, prefiere no volver sobre todo aquello. Pero, aunque no quiera, muchas cosas de hoy le hacen recordar escenas desagradables del pasado. Entonces, trata de evitar esas cosas y eso la limita en muchas actividades. A veces, no se comprende que numerosos estados de angustia, de ansiedad, de temor, etc. tienen que ver con recuerdos de situaciones negativas o bien de cosas desagradables. Si se trabaja el recuerdo adecuadamente, se pueden solucionar muchos problemas vitales. No se trata de recordar continuamente cosas negativas porque eso crea pesimismo en la vida. En todo caso, se trata de hacer un trabajo con esos recuerdos de modo adecuado, como el que realizamos en algunas reuniones del Movimiento.

El sufrimiento por la imaginación

La imaginación es necesaria para la vida. Gracias a esa facultad podemos planificar, hacer proyectos y, por último, llegar a modificar la realidad, aplicando en la práctica nuestra acción movida por ella. La imaginación es una fuerza enorme, pero los resultados dependen de cómo se la dirija. En efecto, si la imaginación se canaliza en acciones negativas termina provocando desajustes de todo tipo, generando sufrimiento.

Cuando una persona teme perder lo que tiene, teme no lograr lo que se propone, sufre por la imaginación. También sufre por la imaginación aquel cuyo futuro le parece inseguro o desastroso. Es tal el sufrimiento, que a veces se convierte en dolor físico y enfermedad. Sobre este último punto, debe considerarse que numerosas enfermedades no son sino imaginarias y que con el tiempo se convierten en reales. La imaginación negativa produce además tensión mental, disminuyendo todas las aptitudes.

Esa capacidad que tiene la imaginación para llevarnos a actuar mal en el mundo o para influir sobre el cuerpo de modo negativo, puede modificarse. Las Experiencias Guiadas se basan en esta gran facultad del ser humano; con ellas se trabaja separando de la imaginación al sufrimiento que hasta entonces la acompañaba.

El sentido de la vida

Hay que reconocer que si estamos desorientados o no tenemos una finalidad, un sentido en la vida, nos perdemos en las tres vías y no sabemos qué despejar de nuestro camino porque tampoco comprendemos hacia dónde vamos. Seguramente, el descubrimiento de un sentido en la vida es lo que más nos ayuda a convertir las tres vías del sufrimiento en tres vías positivas para la existencia.

En el libro “Humanizar la Tierra”, “El Paisaje Interno”, Cap. VII, Silo afirma:

“...Si acaso te imaginas como un bólido fugaz que ha perdido su brillo al tocar esta tierra, aceptarás al dolor y al sufrimiento como la naturaleza misma de las cosas. Pero si crees que has sido arrojado al mundo para cumplir con la misión de humanizarlo, agradecerás a los que te precedieron y construyeron trabajosamente tu peldaño para continuar en el ascenso.

Nombrador de mil nombres, hacedor de sentido, transformador del mundo... tus padres y los padres de tus padres se continúan en ti. No eres un bólido que cae sino una brillante saeta que vuela hacia los cielos. Eres el sentido del mundo y cuando aclaras tu sentido iluminas la Tierra. Cuando pierdes tu sentido la Tierra se oscurece y el abismo se abre.

Te diré cuál es el sentido de tu vida aquí: ¡humanizar la Tierra! ¿Qué es humanizar la Tierra? Es superar el dolor y el sufrimiento, es aprender sin límite, es amar la realidad que construyes.

No puedo pedirte que vayas más allá pero tampoco será ultrajante que yo afirme: “¡Ama la realidad que construyes y ni aun la muerte detendrá tu vuelo!”.

No cumplirás con tu misión si no pones tus fuerzas en vencer el dolor y el sufrimiento en aquellos que te rodean. Y si logras que ellos, a su vez, emprendan la tarea de humanizar al mundo, abrirás su destino hacia una vida nueva”.

Bibliografía

Silo, Obras Completas, Volumen I, “Humanizar la Tierra”, Paisaje Interno: “Dolor, sufrimiento y sentido de la vida”

Silo, Obras Completas, “Habla Silo” – Arenga de la Curación del Sufrimiento.

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“Yo soy bisexual”

Lic. Solange Alvarado Espaillat

En días pasados recibí en la consulta a una madre con su hija de 13 años, que luego del momento inicial de la entrevista, me pidió hablar a solas conmigo. La adolescente con rostro iluminado y conversar inteligente me dice “Yo soy bisexual”, yo la miro con cierta ternura y le pregunto, qué le hace categorizarse en esta preferencia sexual.

Lo que continúa en la conversación es material confidencial que no reproduciré, pero para orientación a familias, chicos y chicas que están viviendo esta situación, me animé a escribir sobre este tema, ya que aunque las familias no se atreven a hablar sobre ello, estamos bregando con él con mucha frecuencia en los colegios privados, escuelas públicas y los consultorios de psicología.

Es un tema escabroso que genera muchos miedos entre los padres y adultos en general.

Y digo miedo porque aunque lo que se manifiesta son reacciones de rechazo, conducta defensiva y negación de que a sus hijos e hijas les podría pasar, nosotros los que trabajamos con la conducta humana sabemos y reconocemos que debajo de estas reacciones de juzgar, culpar y rechazar se esconden sus propios miedos y temores.

Talvez cabria preguntar ¿miedo a que?, pues a muchas cosas, miedo a los cambios que están ocurriendo; miedo a no poder controlar estos cambios; miedo a no hacerlo bien como padres y madres; miedo a no ser vistos como “buenos” y otros miedos más profundos, como el miedo a enfrentar las propias preferencias que se presentan como un espejo en los casos que salen a la luz pública.

La adolescencia es una etapa que vivimos los seres humanos en la que lo que sucede es un proceso de búsqueda, encuentro consigo mismo y definición de la identidad. Un momento hermoso de superarnos, confrontar y cuestionar las creencias y los temas familiares para lograr una individualidad diferenciada de papá y mamá.

Hoy en día este proceso se ha complejizado, adelantado y nos propone a los padres y madres un mayor reto, pues implica ponernos al día en información y formación, aceptar nuestras limitaciones, buscar ayuda profesional en algunos casos, disciplinar con amor, poner limites, tener paciencia, humildad y aceptación sin miedo del proceso que están viviendo nuestros hijos y por ende, todos como familia.

La preferencia sexual no se define en la adolescencia, sino más adelante en la adultez, pero los y las adolescentes que están viviendo un despertar sexual físico real, y que además, junto a esto, necesitan sentirse amados y validados, se confunden y llegan a conclusiones que ellos viven como definitivas y que luego más adelante se dan cuenta que fueron parte del proceso de crecimiento.

Los padres y las madres se preguntan, y ¿por qué esta confusión se da con tanta frecuencia? ¿Por qué antes no ocurría? Y muchas preguntas más….

Como en todas las problemáticas humanas las respuestas a los “porqué” son múltiples, pues como la vida es circular, las cosas ocurren por múltiples razones. Solo diré algunas, una de ellas es la indiscutible apertura sexual que como humanidad estamos viviendo, unido a esto una sobrexposicion en los medios de comunicación sobre el tema y múltiples vías por las que esta información puede llegar.

Los juegos y toques sexuales entre adolescentes del mismo sexo han ocurrido desde siempre pues es natural dentro del proceso de descubrimiento que explicamos más arriba.

La diferencia es que antes no hablábamos sobre esto, se mantenía en secreto y generaba mucha culpa. Hoy pasa al igual que antes, solo que por la apertura sexual se vive con menos culpa y por la apertura a la comunicación se tiene más libertad de decirlo.

Pero no solo esto ha ocurrido, las familias de hoy son más abiertas, reciben más información y dan apertura a otros contextos como la escuela, la comunidad, las amistades y todo el planeta, a través de la Internet.

Esto ha hecho que ese núcleo que antes era privado y cerrado hoy tenga que dar respuestas como resultado de esta apertura.

Además estamos viviendo un proceso de cambios en los roles de los hombres y las mujeres, que antes estaban rigidizados y era más fácil para los adolescentes definir la conducta de uno y otro sexo. O por miedo, no se expresaban las confusiones propias de la etapa.

Esta flexibilización es buena, solo que trae consigo muchos retos para las familias:

;El reto de aprender comunicarnos aunque no hayamos aprendido en nuestra familia de origen

:El reto de reorganizar la vida familiar por la salida de la mujer al mundo productivo

:El reto para los hombres de participar en las tareas y preocupaciones domésticas

:El reto de afrontar los hogares uniparentales que demandan tanto de la madre como del padre, nuevas maneras de mirarse y afrontar las demandas de la nueva situación.

:El reto para las mujeres de modelar un nuevo tipo de feminidad más real a los hijos y las hijas

:El reto para los hombres de modelar una masculinidad más solidaria y responsable

":El reto de demostrar afecto y valoración a los hijos y las hijas auque no lo hayamos recibido de la misma forma de nuestros padres.

:El reto de no alarmarnos y ver los problemas de hoy como muy grandes, sino distintos a los vividos en otras épocas

Talvez al leer este articulo les quede a los lectores la sensación de que es mucho y si lo es, pero no hay que tener miedo.

Somos seres humanos y tenemos fuerza para mirarlo, afrontarlo e ir poco a poco, entre todos y todas acompañándonos para poder hacer con dignidad la tarea que se nos ha encomendado como padres y madres.

Sin miedo para poder amar y aceptar a nuestros hijos e hijas y aprender de ellos y de las situaciones que viven, las lecciones que tienen para enseñarnos.

Por ultimo, recordar que los grandes retos son para aquellos y aquellas que son capaces de afrontarlos.

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LA LUCHA POR EL 4% PARA LA EDUCACIÓN ORGANIZA Y EDUCA.


La coalición por la educación digna es un esfuerzo de un conjunto de organizaciones y activistas que piden mediante acciones cívicas y pacificas, que se cumpla de una buena vez con la LEY GENERAL DE EDUCACION 66-97, la que establece que el 4% del PIB en el presupuesto nacional sea destinado en inversión a la educación.


http://educaciondigna.com/about/a.com/about/