jueves, 10 de marzo de 2011

DE PENSAMIENTOS Y CAMINOS...

Rincón Familiar

La “otra” herencia de papá y mamá

Solange Alvarado, Febrero 22, 2011


La herencia más preciada por los hijos y las hijas es la económica, esa que les garantiza un futuro “seguro” y que muchas veces causa tantos disgustos y separaciones luego de la muerte de los padres.
Hoy quiero ocuparme de otra herencia, en palabras de nosotros los psicólogos, ese legado familiar que es tan abundante y próspero que pudiera alcanzar a varias generaciones y que de manera generosa y sin pleitos familiares se va entregando y quedando en la vida de los hijos, nietos, biznietos y demás.
Es muy versátil este legado, pues puede regalarse conscientemente a través de esas conductas que los padres actúan y los hijos aprenden, que provocan bienestar y estabilidad cuando se trata de conductas o actividades positivas como la alegría, el optimismo, la responsabilidad u otras negativas que provocan mucho dolor y sufrimiento como la violencia en toda la variedad de sus manifestaciones.
Esta es la expresión más evidente de este legado, pero hay otra que ocurre a nivel inconsciente y que se mueve como un ladrón en la noche sin darnos cuenta de su rastro regularmente, hasta que nos descubrimos atrapados en esas conductas que tanto rechazábamos de papá y mamá. Son como resortes que actúan en silencio y van escribiendo nuestro guión
En palabras de Nagy, esas lealtades invisibles que dirigen nuestras vidas.
Cuando estamos jóvenes verbalizamos y renegamos de esas cosas que rechazamos de los vínculos con la familia de origen y pudiéramos pensar que convirtiéndonos en rebeldes nos libramos de ellas y que equivocados estamos, pues muchas veces creemos que lo estamos haciendo distinto, pero esto es solo en la forma, ya que un breve análisis nos haría percatarnos de que en el fondo, seguimos atrapados.
Es así como elegimos pareja en lealtad a papá o a mamá según el sexo, repetimos patrones de abandono y hasta enfermedades y dolencias físicas.
Esto ocurre porque la familia es un sistema interconectado con mucho poder, ocurre porque papá y mamá son nuestros grandes amores y repetimos lo conocido en el vínculo con ellos, les amamos y los perpetuamos de esta forma aunque sea inadecuada y nos haya provocado dolor y sufrimiento.
La única manera de hacernos conscientes de este legado en nuestras vidas es a través de un proceso terapéutico serio y profundo que nos lleve a mirarnos a través de papá y mamá, para luego poder confrontarnos a nosotros mismos y crecer.
Un proceso que nos permita abordar el dolor que ha implicado este legado, aceptándolo como parte de nuestras vivencias, humanizar y perdonar a papá y a mamá para poder tener el permiso de hacerlo distinto.
Afrontar esos secretos familiares sobre abusos sexuales, suicidios, abandonos y traiciones, para poder así traer luz a nuestras vidas a través de la valentía que implica romper la cadena y poder así tener la oportunidad de editar este legado familiar para nuestros hijos e hijas.


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SEÑAL DEL INICIADO


Manuel del Cabral

Inquilino remoto de mi casa terrestre,
ya era yo antes
que aquel minuto adánico, profético,
en que sangrara la primera herida...
la primera de amor... suma de pueblo.
Hablo de ayer porque también soy hoy,
llena mi hoy la infancia de la tierra;
hay un huésped en mí que está despierto
desde que yo no era...
es un huésped:
más antiguo
que la piedra,
que el aire,
que las aguas,
que el fuego.
Porque todo...
todo vino después...
Sólo él...
siempre esencia,
pensamiento.
Todo en el Uno...
él vibrando,
y haciendo todo al vibrar.
Por eso soy tan viejo cuando pienso.
Yo no existo naciendo.
Yo creciendo no existo.
Soy anterior al tiempo.
Soy antes que la Nada.
Soy mi huésped.
Yo soy.
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Manifiesto de la liberacion emocional Masculina

Walter Riso

Algunos varones, conscientes del reto que implica la liberación masculina afectiva, hartos de la represión emocional a la que hemos estado sometidos por nosotros mismos y por la cultura, en franca oposición a los valores poco humanistas con los que hemos sido educados, y con un repudio total por la estructura patrialcal de la que hemos sido víctimas y que, supuestamente, estamos obligados a transmitir, expresamos y dejamos estipuladas, desde lo más profundo de nuestro sentir, las siguientes reivindicaciones de libertad emocional.
Tenemos derecho:

A sentir miedo.

A ser débiles y a pedir ayuda cuando así lo consideremos.
A ser inútiles, a cometer errores y a no saber qué hacer.
A fracasar económicamente,
a ser pobres y a experimentar el cocio intensa y vitalmente.
A vivir en paz, a negarnos a la agresión,
a la guerra y a todo tipo de violencia interna y externa.
A emocionarnos y a expresar nuestros sentimientos positivos, ya sea física o verbalmente.
A estar más tiempo en familia y a participar en la crianza de nuestros hijos.
A comunicarnos afectivamente con los demás hombres,
y a fomentar la amistad masculina sin rivalizar ni competir.
A disfrutar del sexo sin ser adictos sexuales.
A fallar como reproductores y a no transmitir el apellido.
A una sexualidad más afectiva y amorosa.
A intentar ser felices.

Por último, aunque llueva y truene, tenemos el derecho a que las pequeñas primaveras que llevamos dentro, aquéllas de que habla Jabil Gibran, salgan a retoñar cada vez que quieran hacerlo.
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La Soledad ( Khalil Gibran)

Una noche, una gran tormenta visitó aquel sitio, y Almustafá y sus discípulos, los nueve, entraron en la casa y sentáronse ante la chimenea encendida. Y estaban tranquilos y silenciosos.
Luego, uno de sus discípulos dijo:
Estoy solo, maestro, y los cascos de las horas golpean pesadamente en mi pecho.
Y Almustafá se puso en pie en medio de ellos y dijo, con una voz que era como el sonido del viento fuerte:
¡Solo! ¿Y qué con ello? Solos habéis venido al mundo y solos pasaréis a formar parte de la niebla.
Por tanto, bebed vuestra copa a solas y en silencio. Los días del otoño han dado a otros labios otras copas, y las han llenado de vino amargo y dulce, así como han llenado vuestra copa.
Bebed vuestra copa a solas, aunque os sepa, a vuestra propia sangre y a vuestras propias lágrimas, y alabad a la vida por el donde la sed. Porque sin la sed vuestro corazón no es sino la playa desolada, sin cantos y sin mareas.
Bebed vuestra copa a solas y bebedla con exclamaciones de alegría.
Alzadla muy por encima de vuestra cabeza y bebed de un solo trago, a la salud de quienes beben a solas.
Una vez busqué la compañía de los hombres y me senté con ellos a sus mesas de banquete y bebí mucho con ellos; pero, su vino no se me subió a la cabeza, ni fluyó hasta mi pecho. Sólo bajó hasta mis pies.
Mi sabiduría se quedó seca y mi corazón permaneció encerrado y sellado.
Solamente mis pies los acompañaron en medio de su niebla.
Y no volví a buscar la compañía de los hombres ni a beber vino con ellos sentado a sus mesas.
Por tanto, yo os digo que, aunque los cascos de las horas golpeen pesadamente en vuestro pecho, ¿qué con ello?
Bien está que bebáis vuestra copa de tristeza a solas, y vuestra copa de. alegría también la
beberéis a solas.

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